sábado, 4 de abril de 2009

Impulso

¿Cuánto tarda el alma en acomodarse?¿Cuánto necesitan las emociones para ponerse a tono¿ Prometo que esta vez puse mis ganas a volar para que mi intento de estar "colgado" en la red fuera más que eso pero...
Tuve que irme a Cuba como quien huye, como si en la fuga se me fueran las ganas de estar accesible, a mano. Fue en viaje extraño, ha sido la constatación de la vulnerabilidad. A veces creemos que la vida es fácil, que somos nosotros, en la intención de trascender, quienes la hacemos complicada. Pero todo es menos simple si de afectos se trata, si de raíces va la cosa.
Y juro que no sé que decir porque las ganas y una cierta melancolía me exigen callar.
No digo más, era sólo un impulso, un empujoncito mínimo para contar todo lo que he callado, para saberme en el compromiso de decir todo lo que ha pasado desde la última vez que usé a Coralia Rodíguez por pretexto para que la nostalgia no fuera quien llevara la voz cantante en este "breve espacio" en que estoy intentando ser.
PD. Lo de la Camción de Pablo Milanés es simplemente porque fue testigo de mis primeras nostalgias adultas ¿o de mis últimas nostalgias adolescentes? Nada, me refiero al Moscú de mis 20 años.

3 comentarios:

Vicente M. dijo...

Atrás, en las pequeñas, cotidianas e individuales desolaciones de los que oficiaron el rito de la despedida, queda la dolorosa aceptación del abandono y las separaciones, no por habituales menos tremendas, se acomodan a una forma de compartir la existencia que se quiebra cada una de las mañanas y se recompone, en la representación del regreso, en todas y cada una de las noches.

Un abrazo, amigo.

Vicente

Anónimo dijo...

En la vida desterrada
No hay puerto, seno ni abrigo
Como el hallar un amigo
En la sed de la jornada.
Pero el consuelo es mayor
Y más bálsamo derrama,
Si nuestro amigo nos ama
La patria de nuestro amor.

J. Martí

Cambia "patria". Te amo.
Paqui T.

Septiembre dijo...

Lo bueno de los cuentos es que en ellos todo puede ocurrir... Hagamos de nuestra vida un cuento.
A veces el esfuerzo solo lleva al agotamiento. La vida puede ser sencilla.
Te deseo muchas ganas. De la suerte hablaremos otro día.
Abrazos