sábado, 2 de junio de 2012

OFICIO Y MAR

Hace unos años, en Candás, Asturias, hablaba del mar del mar y del oficio de cuentero en un encuentro de poetas; "Mar adentro"
Allí conté y dije algunas palabras sobre este oficio de cuentero, de esas palabras encontré estos apuntes en esta mañana sin mar y como la nostalgia sublima el pasado, me parecieron lindas y aquí os las dejo:

 Al nombrar el oficio fue que acudieron a mi dos palabras claves del mar y de mi profesión: AFECTO y MEMORIA. Todos guardamos una primera vez frente al azul que nos posee y, en el interior, una frase  que no pronunciamos con la misma certeza con que la pronuncia un personaje de “El libro de los abrazos”- ¡Ayúdame a mirar!
Y es que el mar es la vida con sus cantos, sus olas, su vaivén, su maravilla.
El mar llevó a mi isla la suerte de lo divino y de lo humano., gracias a la mar, lo cubano se fraguó mestizo con los recuerdos que a golpe de MEMORIA, AFECTOS Y PALABRAS defendieron del olvido los que, con mayor o menor fortuna, llegaron a la isla más grande del Caribe, esa que de tan linda tendríamos que llevar a pasear por el mundo a golpe de remos- parafraseando a Onelio Jorge Cardoso.
La profesión o el oficio del cuentero son como el mar, el público es la playa, siempre abierta y siempre distinta, siempre esperando el golpe del oleaje en el que se mezclan cuentero y cuento, que, amalgamados, se hacen una fuerza única para seducir e invadir la playa y su entorno en un acto que no renuncia, por su apariencia  y esencia cotidianas, a la maravilla de lo efímero.
Cada palabra llega con la cadencia de la ola y lame, acaricia o golpea y se queda palpitando mientras que el público vibra, calla, aprueba o rechaza. Es el mismo juego; el del cuentero, el del mar.
Desde siempre así ha sido, un balanceo arrullador que nunca cesa y que resuena, hasta el infinito, en sus propios ecos.
La memoria es un mar definitivo e inmenso que nos lleva y nos trae, a veces barco, a veces ola, a veces náufrago, a veces pájaro que lo sobrevuela y que. en su danza de viento, también lo habita, le imprime carácter pero siempre, seamos lo que seamos, constituimos un pedazo indiscutible y esencia de ese universo que poblamos, habitamos y nos define…

Y como postre esta hermosa canción en la voz de Ana Díaz, un mar de potente y dulce voz recién llegado a mi playa: DE OLA EN OJO

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