jueves, 8 de noviembre de 2012

OTOÑO, CUENTOS, EL VERDE...LAS SEÑALES


Soleada la mañana. Amanezco con la ilusión preñada, primaveral a pesar del otoño.
Contaré en un colegio y siempre contar para niños y niñas se me hace un privilegio.
Vamos al Oriente del DF y la casualidad pinta la línea del metro de color verde.
Primera señal: el camino de la esperanza enrumba hacia el Oriente.
Erramos, viajamos hacia el Poniente, por suerte en el vagón venden "alegrías grandes" a sólo cinco pesos, compramos, es buen precio para algo tan valioso.
Cambiamos el camino y tropezamos con una pareja de novios que comienza el día con un beso y una madre que juega con su niño en la escalera del metro ¿Señales?
Descubrimos que el tren de la esperanza va muy lento, pero va.
Llegamos, el sol insiste.
El colegio es también verde y, en el jardín, Ángel se encuentra un enorme signo de interrogación de color verde ¿más señales?
Contamos, hasta las madres han venido a escuchar las historias...

No sé, pero hay días en que vale la pena levantarse y creer que todo es posible sólo porque el sol de otoño se atreve a jugar a las primaveras, porque te encuentras con alguien; una maestra, por ejemplo, que cree en lo que hace; niños y niñas, de barrio, que se agarran a las palabras como a la libertad, al juego o a la fe, palabras grandes  que a su edad son una misma cosa y porque puedes recorrer a golpe de risas y canciones una ciudad extraña con una amiga nueva que es como de toda la vida.

Sólo señales, simples señales, pero hay que leerlas, vivirlas para seguir creyendo en la esperanza

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