lunes, 20 de agosto de 2012

DEL DOMINGO, LA SUERTE Y EL OCASO

Como jugando a nada otro domingo fluye sin dejar otro rastro que las luz mortecina de la tarde de un día que pretendió ser primavera.
Tengo un  revoltijo de sensaciones, luces, sombras, miradas; una mezcla de ilusiones y miedos como cuando en la infancia me ofrecía la vida sus certezas y yo quería otra certidumbre, la de la fuga y el ala, la de saltar a cualquiera de los horizontes y perderme a encontrar una palabra, una razón o un nido.
El tiempo fluye como quien borda un largo camino de mesa y se deja la vista en el reverbero de luces y de formas conque traza, dibuja, arma verdad el trozo de la tela desnuda.
Desnudo estoy, con la esperanza cantarina y frágil, con la casa acuestas pero sin la rastrera vocación del caracol asustadizo, que huye de la nada y hasta la nada traza su pegajoso trillo de imperceptible luz.
No sé escribo, juego o me lleno de augurios esta tarde de domingo en que la vida ronda intentado tener una charla con mis fantasmas viejos,
Es un ir y venir de vivencias y ganas, de convicción y dudas que me busco en los surcos de las manos una señal que nombre los caminos que el futuro depara y busco puertas en los posos del café y en la página de un libro que abro con los ojos cerrados.
Pero nada me dice una respuesta cierta, nada es tan rotundo como estas ganas de ser yo que tararean un bolero en mi alma, diciéndole a mis años que es tiempo de cambiar la ruta o de armarla con otros ingredientes, otros fines.
Ni trascendente, ni triste, ni abandonado, ni solo, tampoco lo contrario, es que la lenta  tarde de este domingo me obliga a comerme una galleta de la fortuna y antes de leer el mensaje que guarda preferí sacudirme los sentidos para verme latiendo la plenitud en que vivo.

Leo este desvarío a Javier y a Nico
Me como la galleta de la fortuna (china, por supuesto)
Y me encuentro: "Cada oveja con su  pareja"

Y quién soy la oveja, la pareja o soy yo cargando con lo que soy, conmigo mismo y estas ganas de seguir caminando los trillos que este tiempo de cambio me ofrece y me regala, no sé si para seducirme o retarme que. a la larga son los modos que usó siempre la vida para sacudirme, provocarme.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Parece triste, pero no es triste, es bello