domingo, 1 de febrero de 2009

De casa a Valencia y viceversa

En el instante en que decidí reconsiderar y asumir, gracias a la insistencia de Toni, mi oficio de "bloguero", contaba mi llegada a Canet, en Valencia; pero este fue el comienzo de una gira (palabra de mi adorada Carolina Rueda)
Conté y hablé contando mis visones e intentando poner en el tablero las auténticas misiones del Animador a la Lectura.Parte de este viaje la reflexión de la anterior entrada.
Estuve,a demás con maestros y maestras en Puzol, el miércoles, y con chicos y chicas de la Escuela (me gusta ese detalle del valenciano como lengua y de los pueblos donde la tradición se mantiene) de Alfara de Algimia, el jueves,para concluir la visita en el CEFIRE de Valencia.
Todo bien, orejas vivificadoras que acunaban mis palabras y me devolvían con sus ojos una frase nacida de la lectura de un cuento del compatriota Joel Franz Rosell y que supone mi propia conclusión de su historia y mi visión de este complejo y rico mundo de la Animación a lectura: "los castillos de arena son como las ilusiones, lo importante no es que perduren, ni siquiera que se hagan realidad. Lo importantes es encontrar razones y personas para juntarnos y construir castillos, sueños e ilusiones"
Nada que me volví griposo pero con la cabeza llena de castillos y con la certeza de que hay que darle la vuelta a la razón, tomar las riendas al tiempo porque hay muchos en el camino con la idea de defender ese castillo vulnerable, pero vistoso que es la Animación a la Lectura.
Me fui con ganas y con miedos, he vuelto con gripe, más ganas y en el sitio de los miedos, mil preguntas.

1 comentario:

antoninavarro dijo...

Bueno Aldo, me alegra que volvieras com mil preguntas porque eso quiere decir que continuaremos deseando construir castillos de arena... aunque sepamos (porque maduramos hace tiempo) que indefectiblemente una ola, cuando menos lo esperemos, los engullirá.