domingo, 9 de agosto de 2009

¿las mariposas son sólo del verano?


Hoy he amanecido con ganas de contar, decir algo y no sé lo que quiero decir, sólo que tengo una nostalgia dulce, con olor a pan recién horneado y a leche templada.
Hoy espero más que otras veces de mi mundo y de mí y sin palabras nuevas me atrevo a colgar una foto anunciadora de mi jardín que hoy tiene deseos de abrirse a la vida, a la gente, al la sorpresa, muy a pesar de ardiente calor manchego.
Y es que cumplir años sin piñatas, sin tartas, sin la calle de siempre tiene también sus ventajas:mil llamadas, correos con presagios luminosos y un poema de amor con una mariposa. Y mientras el poema evocaba a Neruda, yo quedaba "mudo de hermosura"...
Cómo esas cosas que pasan en los cuentos que me habitan, desde el equipo de sonido el Trio Matamoros (cubanísimo, por cierto) cantaba Mariposita de Primavera y el mediodía se hizo mágico, astral y reasumí la suerte que enunciara el amigo Osvaldo Navarro, hace muchos años en Moscú: "el hombre de pueblo es doblemente poeta, por hombre y porque en los pueblos el horizonte es infinito"
Por eso escribo y cuento, por el horizonte. Por eso este mediodía luminoso recuerdo un poema de mis años mozos:

La fuga del azul
que el amarillo atrapa
es la esperanza

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