domingo, 28 de marzo de 2010

Ana Nery es definitivamente, LA MANCHA


Y no una mancha oscura, sino luminosa, con añiles y blancos y tono almagre bullanguero que no deja a nadie indiferente.

Y es que La Habana me supuso otro reencuentro con esta amiga con la que apenas coincido y que sin embargo parece que la cargo en mis afectos de siempre.

Ana es una mujer de raza, de las que no necesitan aderezos para ser más que tierra (como dice García Pavón en la defensa más linda y auténtica que he visto de lo femenino) por eso llega y encandila, o encanta o seduce o "encuenta" con palabras sencillas contando sus verdades y desvelando miedos y certezas.

La Habana la hizo suya porque ella supo cantarle Oshún, mientras la miel endulzaba su cuerpo (su cuerpazo) y al público le gustó su manchega verdad, su falta de artificios.

Sólo le debe a la La Habana una jota manchega para ver como se mete en este ritmo la clave cubana y percibir que parte de la anatomía caribeña se da al arte del meneo con este ritmo.

Gracias Ana por tejerme un puente entre mis vidas y nos debemos una madrugada para ir hasta el malecón a pescar y seguir contándonos la vida o viviéndonos el cuento.

3 comentarios:

ManualmenteLunática dijo...

Ana Nery es un amujer maravillosa, me alegra que sea alguien más que nos une, yo la adoro, igual que a ti guapooooooo

Palmira Oliván dijo...

Me ha alegrado muchísimo encontrar a Ana en tu blog, otra espléndida Leo cuentacuentos como tú.

Un beso.

Vicente dijo...

Mi "Princesa Catalina" es única. Me alegro de que en La Habana conocieran a esta manchega mágica y la jota, ya la cantará al ritmo de cucharas cuando nos veamos los tres, tú, Ana y yo; os necesito.
Un beso para ti y otro para Ana Nery.