jueves, 17 de septiembre de 2009

las palabras que le debo a agosto

Soy Leo, lo asumo y lo disfruto cuando alardeo de ese narcisismo en que se sustenta mi oficio, pero agosto pasó de largo como si no importara todo lo que ha sido es te mes y todo lo que fue este último, el del año 2009.
Hoy parece que el otoño es certeza, escucho un disco que vio la luz cuando yo abría los ojos allá por 1984 y el mundo parecía tener otro destino y no es que ea pesimista, es que no hay amarillos en los árboles para alumbrar el gris conque se ha comportado el día.
Nunca un agosto supuso para mí tanto reencuentro y lo digo ahora porque entonces no encontraba palabras. Tuve tiempo para estar conmigo hurgando en los cajones nuevos de esta vida de hace casi diez años que parecía prestada y ahora es tan mía como la propia voz conque la nombro y la defiendo.
Tuve tiempo de asumir las despedidas que me perdí en las prisas, remendar palabras olvidadas que acunaron mis primeros pasos de guajirito con ganas de cantar para el mundo.
Y recordé, entonces, las tardes de río y pelotas de gofio, los abuelos, los primos y cuando ya el recuerdo parecía un trauma aparecen amigos de Moscú exigiendo al ciberespacio lugar para el reencuentro...
Veinte años no es nada, sobre todo si hay un cajón con nombres a los que recurrir, fotos amarillas, canciones de otro tiempo y la suerte de haber puesto nombre a las dudas y a las alas. Fue lindo, lo confieso, tuvo el temblor de la primera cita, lo apurado de una primera vez y me sentí el de siempre, muy a pesar de que "nosotros, los de entonces, ya no somos los mismos" y recordé al amigo Osvaldo Navarro que me hizo creer en la poesía e hizo que me sintiera poeta una noche nevada de Moscú en que Elena preparaba el plato típico de Cabañas (una sopa) y el apuraba un ron mientras un disco de vinilo hacía cantar a Paco Ibáñez.- El hombre de pueblo, si es poeta, es dos veces poeta...
Y no digo más, sólo que estas son unas palabras otoñales para un agosto en que descubrí que todo, absolutamente todo ha valido la pena y que hay que seguir, creando, confiando, creyendo y tirando pa'lante para defender la memoria.

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