lunes, 14 de septiembre de 2009

UN MAR DE PALABRAS...

La memoria como viaje: el oleaje de los afectos. Así llamé al la charla del encuentro que tuvimos en Candás. Me asustó mucho el hecho de que en el programa apareciera la palabra Ponencia y preferí dejarme llevar por la maravilla que me propone el mar y el paralelismo de éste con el oficio de contar cuentos (se cuenta muchas cosas)
De lo que dije recuerdo poco, pero de lo que quise decir quedan estos apuntes apuradísimos porque más que disertar, preferí contar...

Al nombrar el oficio fue que acudieron a mi dos palabras claves del mar y de mi profesión: AFECTO y MEMORIA. Todos guardamos una primera vez frente al azul que nos posee y, en el interior, una frase que no pronunciamos con la misma certeza con que la pronuncia un personaje de “El libro de los abrazos”- ¡Ayúdame a mirar!
Y es que el mar es la vida con sus cantos, sus olas, su vaivén, su maravilla.
El mar llevó a mi isla la suerte de lo divino y de lo humano. Gracias a la mar lo cubano se fraguó mestizo con los recuerdos que a golpe de MEMORIA, AFECTOS Y PALABRAS defendieron del olvido los que, con mayor o menor fortuna, llegaron a la isla más grande del Caribe, esa que de tan linda tendríamos que llevar a pasear por el mundo a golpe de remos- parafraseando a Onelio Jorge Cardoso, quien en otra des sus historia toma almar como escenario para recalcar el hombre tiene dos hambres.
Y es que la profesión o el oficio del cuentero son como el mar. El público, la playa, siempre abierta y siempre distinta, siempre esperando el golpe del oleaje en el que se mezclan cuentero y cuento, que, amalgamados, se hacen una fuerza única para seducir e invadir la playa y su entorno en un acto que, no por cotidiano, renuncia a la maravilla de lo efímero.
Cada palabra llega con la cadencia de la ola y lame, acaricia o golpea y se queda palpitando mientras que el público vibra, calla, aprueba o rechaza. Es el mismo juego; el del cuentero, el del mar.
Desde siempre así ha sido un balanceo arrullador que nunca cesa y resuena hasta el infinito en sus ecos. La memoria es un mar definitivo e inmenso que nos lleva y nos trae a veces barco, a veces náufrago a veces pájaro que lo sobrevuela y en su danza lo habita, pero siempre un pedazo indiscutible de ese universo que poblamos, habitamos y nos define…

1 comentario:

Vicente dijo...

"Conjugar imaginación y memoria. Memoria e imaginación. Enhebrarlas.
.......................... Decimos memoria (el yo y sus vivencias anteriores)e imaginación (las posibilidades futuras a la memoria, la perspectiva); y juntas (imaginación y memoria), la biografía...la biografía"
(RE)CREAR LA ESCUELA. Federico Martín Nebras