miércoles, 8 de junio de 2011

OFICIOS Y PRIVILEGIOS

Hay un día en que se constata el privilegio de un oficio, la suerte de echar palabras al vuelo sin otro ánimo que el de sacar a la luz esos lugares comunes que son las ausencias, el recuerdo, los miedos, la memoria y al nombrarlos, hacerlos certezas.
Esta historia empezó hace poco más de un año en el patio del Hotel Convento de Santa Clara, en Alcázar de San Juan.
Yo fui a contar, esa vez me tocaba contar y confieso que ya tenía vivencias suficientes para dejarme llevar por la magia con que el lugar arropa y sublima las palabras (al menos las mías) y jugar, simplemente jugar a tejer un camino invisible entre mis recuerdos viejos y la memoria reciente de unos adolescentes llegados a La Mancha gracias a la Ruta del Quijote y al privilegio de los Viajes Educativos (puede que en peligro de extinción)
Los encuentros anteriores fueron mágicos por la sensatez de Vicente Montiel al proponerme que no hablara del Quijote y diera rienda suelta a los afectos. Fue así como el Meneses de mis recuerdos, el de mi niñez con casa vieja y calle de piedras, en el que sólo tenían hora exacta el colegio y las comidas porque el resto del tiempo se perdía entre carcajadas, libros, canciones, juguetes y alguna que otra maravilla que inventaba la carencia, apareció para facilitarlo todo, para contar lo que tuve y lo que me faltó, lo que soñé y lo que me inventé (todo ello mezclado hace el recuerdo)
La serpiente y su cola, un cuento del cubano Onelio Jorge Cardoso, se prestó a ser puerta y sin quererlo o porque lo quiso (como el abuelo de la historia) se volvió camino porque marcó el ritmo de la sesión y me atrevo a decir que el de la noche. Un camino que sacó nostalgias y vivencias, alguna lágrima y más de un abrazo con ganas de consolarnos ausencias comunes y de apretar esos lazos nuevos que, dada las prisas de estos tiempos, se me antojaban fugaces, frágiles.
Pero ha querido el destino, y a ese destino han contribuido generosamente Marian y Ana, que esta semana mi voz sonara en Mallorca, en El Arenal y en Porto Cristo, en sus respectivos Institutos, donde tiene el lujo de constatar que han elegido el magisterio por vocación.
Han sido días intensos, de redescubrimiento y de suspiros, de abrirle puertas a mi vocación de palabrero y a mi oficio de cuentero. Es cierto que las orejas han sido ávidas y generosas y por eso, mi palabra tuvo eco y arrope en los silencios y en las risas, en los suspiros y en los ojos mojados, en el travieso que se guardó la travesura, en el que volvió a tener pocos años y llamó mi atención para que sus ojos sintieran mi presencia, en los maestros y maestras que me arroparon y me cuidaron y mi hicieron sentir como un amigo viejo que vuelve de la vida a reinventar los camino de antaño, en el asombro de los ojos y en la sorpresa de las bocas (como el día en que mi madre levantó el vuelo)
Ha sido un lujo, un lujo como pocos nos permite este tiempo fugaz que nadie atrapa.
Pero si algo me conmueve y a la vez me silencia ha sido el reencuentro con los chicos y las chicas de la Ruta, los de cuarto, mis amigos, los ojos que recordaré siempre que diga había una vez y mis cuentos censuren al silencio.
Puedo decir algunos nombres, pero no vale la pena porque son una piña apretadísma, donde fluyen los afectos casi de manera oculta y saltan a la luz cuando se hacen necesarios para arropar el llanto y la melancolía, para mostrar al mundo que son agua que fluye cargada de emociones, transparente, vivaz, irrepetible como el río de Heráclito, pero con vocación inevitable del río que es siempre río y aunque falte la lluvia, bastará una gota mínima de agua para que fluya y cante.
Habéis sido un regalo, sois un regalo y seréis siempre los que mejor sabéis escuchar la primera historia que conté mucho antes de saber que este sería mi oficio y mi vicio y, gracias a personas como vosotros, un privilegio.

1 comentario:

Vicente Montiel dijo...

"La soledad es el sentimiento, si fuese posible aislarlo de otros, que podría definir la sensación predominante en las personas que se ven obligadas a transitar por la Mancha; al menos hasta que descubren el sentido profundo y ancestral de la presencia humana en las llanuras, aparente tierra de nadie, en un intento de encontrar equilibrios imposibles entre lo que éramos y lo que somos, entre la precariedad de unos intereses inmediatos y la inamovible y permanente percepción del hombre asido a sus raíces.
La sorpresa, sin poder definir las causas, se instala en nosotros al mirar la desvencijada silueta de un molino en ruinas; al ver una quintería abandonada con aires de castillo medieval; o al percibir los mil tonos del ocre salpicados de lilas, azules, rojos, amarillos... De pronto, un día cualquiera, de cualquier año, te descubres sabiendo que la Mancha no es un lugar de paso, que es un destino posible en un mundo cuyos valores cambian y se desmoronan a nuestro alrededor".
Asi comienza el diseño de la Ruta Literaria "El Quijote", por eso tocaba hablar de afectos y tu me habías pellizcado el corazón en mas de una ocasión con tus cuentos, bien lo sabes.
Un abrazo fuerte y gracias, siempre gracias por tu generosidad y tu amistad.